Para superficies muy grasosas (hornallas, campanas, azulejos con grasa):
Pulverizá directamente, dejá actuar 2–3 minutos y luego limpiá con una esponja o paño húmedo.
Para limpieza diaria de cocina y baño:
Podés mezclar 1 parte de detergente en 1 parte de agua en otro atomizador para un uso más suave. Es ideal para mesadas, lavamanos, griferías y puertas.
Para vidrios y espejos:
Usá una versión un poco más diluida (1 parte de detergente por 2–3 partes de agua) y secá con un paño de microfibra para evitar marcas.
Para electrodomésticos por fuera (nevera, microondas, lavadora):
Rociá en el paño, no directamente sobre el aparato, y pasá el trapo por la superficie.
Consejos de seguridad y cuidados
No mezcles este detergente con lejía/cloro u otros productos fuertes, porque pueden generarse vapores irritantes.
Probá primero en una esquina pequeña y discreta si la superficie es delicada (madera encerada, mármol muy pulido, etc.).
Guardá el envase bien cerrado, lejos del alcance de niños y mascotas.
Si tenés la piel muy sensible, usá guantes cuando limpies durante mucho tiempo.
Beneficios de este detergente casero
