5. Cambios en la piel
La piel puede reflejar lo que sucede dentro del cuerpo. Observa si hay:
Enrojecimiento, oscurecimiento o coloración amarillenta
Llagas que no cicatrizan
Lunares nuevos o que cambian de forma o color
Estos signos pueden estar asociados con cáncer de piel o cánceres internos.
6. Tos persistente o ronquera
Una tos que dura más de tres semanas, especialmente si hay sangre, puede ser señal de cáncer de pulmón o garganta.
La ronquera que no mejora también puede ser una advertencia.
7. Cambios en los hábitos intestinales o urinarios
El estreñimiento, la diarrea repentina, la presencia de sangre en las heces o los cambios en la frecuencia urinaria pueden indicar cáncer de colon, vejiga o próstata.
8. Dificultad para tragar
Tener problemas al tragar, sentir que la comida se queda atascada o atragantarse con frecuencia puede relacionarse con cáncer de esófago o garganta.
9. Infecciones frecuentes o cicatrización lenta
Si tu sistema inmunológico está debilitado por células cancerosas, las heridas tardan más en sanar y las infecciones se repiten.
Los cánceres de la sangre, como la leucemia, suelen presentar este síntoma.
10. Sangrados o secreciones anormales
Cualquier tipo de sangrado inesperado —al toser, al orinar o sangrado vaginal inusual— no debe ignorarse.
Este es un signo común en los cánceres del aparato reproductor, vejiga o sistema digestivo.
11. Sudores nocturnos y fiebre
Aunque las fiebres suelen indicar infecciones, los sudores nocturnos recurrentes y las fiebres sin causa aparente pueden estar relacionados con cánceres de la sangre como el linfoma o la leucemia.
12. Hinchazón o molestias abdominales
El hinchazón persistente, la indigestión o el dolor abdominal, especialmente si se acompañan de pérdida del apetito, pueden ser señales tempranas de cáncer de ovario, estómago o hígado.
💭 Reflexión final
No todos estos síntomas significan cáncer, pero escuchar a tu cuerpo es clave.
Si notas cualquiera de estos cambios que persisten por semanas, consulta a un profesional de la salud.
La detección temprana suele marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y uno tardío.
Mantén una vida saludable:
Aliméntate bien,
Haz ejercicio regularmente,
Evita el tabaco y el alcohol,
Y realiza chequeos médicos periódicos.
👉 Cuidar tu cuerpo hoy puede salvarte la vida mañana.
