Establece rutinas sencillas, como ventilar la casa cada mañana o encender una vela aromática.
Rodéate de cosas que te gusten: fotos, colores suaves, elementos naturales.
Pide ayuda si sientes que no puedes sola. A veces, el descuido tiene raíces más profundas que deben abordarse emocionalmente.
Celebra los pequeños logros. Limpiar un estante o cambiar las sábanas también es una forma de amor propio.
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