Pantalla que se apaga de repente, notificaciones en silencio, conversaciones cortadas… Estos detalles aislados no significan mucho, pero juntos pueden revelar una estrategia de evasión.
Cuando la franqueza da paso a los secretos, hay motivos para preocuparse.
¿Qué hacer si reconoces estas señales?
No te alarmes: analiza antes de reprochar. Confía en tu intuición, pero contrasta los indicios. Aborda el tema con tacto, sin confrontación: la comunicación sigue siendo tu mayor aliada.
Habla con amigos de confianza y, sobre todo, hazte esta pregunta crucial: ¿esta relación todavía me hace feliz? La verdad suele estar en la respuesta.
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