Los sudores nocturnos, a menudo atribuidos a sofocos o estrés, pueden ser en realidad un signo de hipoglucemia nocturna. Cuando el nivel de azúcar en sangre baja demasiado, el cuerpo libera adrenalina en respuesta, lo que provoca sudoración excesiva. Este es un síntoma a tener en cuenta si ocurre con frecuencia.
¿Se despierta repentinamente con hambre o tiene latidos cardíacos acelerados? La hipoglucemia también puede ir acompañada de temblores, antojos, confusión o ansiedad. Si se despierta en mitad de la noche con estas sensaciones, podría indicar un desequilibrio de azúcar en sangre que debe abordarse.
¿Siente que no puede controlar las piernas?
El síndrome de piernas inquietas puede estar relacionado con la neuropatía diabética, un daño nervioso causado por un mal control de la glucemia. El hormigueo, la tensión o el hormigueo pueden dificultar el sueño e interrumpirlo.
¿Ronca o tiene dificultad para respirar?
La apnea del sueño, a menudo subestimada, es común en personas con diabetes tipo 2. Afecta principalmente a personas con sobrepeso u obesidad, que ya corren el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina. Cuanto más se interrumpe el sueño, más se desequilibra el metabolismo.
¿Siente sed a menudo por la noche?
