¿Podría ser nuestro intestino también la cuna silenciosa de nuestra salud mental? Cada vez más investigaciones lo confirman: nuestra flora intestinal —lo que llamamos microbiota— desempeña un papel mucho más importante de lo que imaginábamos en nuestro cuerpo… y en nuestro cerebro.
Y recientemente, un nuevo estudio ha reforzado esta idea al explorar un vínculo todavía poco conocido: el impacto de la microbiota materna en el desarrollo del autismo en los niños.
