Cuando una enfermedad nos ataca inesperadamente, siempre parece una sorpresa: de hecho, rara vez esperamos un diagnóstico erróneo cuando consultamos al médico y le mostramos los resultados de las pruebas. Casi parece como si nuestra mente estuviera convencida de que estaremos bien para siempre y de que nada puede afectarnos, salvo una enfermedad pasajera inevitable. Pero hay eventos que no nos dejan tiempo para reaccionar y, cuando ocurren, son inmediatamente críticos: entre ellos, los accidentes cerebrovasculares y los infartos.
Pero ¿cuáles son las señales que nos envía nuestro cuerpo cuando sufrimos un derrame cerebral o un infarto? Aquí tienes una lista de síntomas que deberías aprender a reconocer para que puedas distinguir de inmediato entre desmayos, palpitaciones, ansiedad o ataques de pánico, y cuándo se está produciendo un derrame cerebral o un infarto real. El primer síntoma de un infarto es un hormigueo en el brazo izquierdo, que en muchos casos se convierte en un dolor intenso.
Incluso la debilidad en los brazos es una clara señal de que algo en nuestro cuerpo no funciona correctamente, por razones puramente fisiológicas. En caso de un ictus, esta puede ser tan grave que es imposible siquiera levantarlos, mientras que durante un infarto, el dolor intenso suele sentirse en el brazo izquierdo, el más cercano al corazón. Por eso, este brazo se usa a menudo para indicar si estamos sufriendo un infarto. El segundo indicador es un dolor de cabeza muy fuerte que aparece de repente, sin síntomas previos ni empeoramiento gradual: todo parece inmediato.
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