Realizar controles oftalmológicos y auditivos periódicos.
Usar anteojos y audífonos cuando sea necesario.
No posponer las revisiones médicas.
Conclusión
La pérdida de equilibrio en los adultos mayores no siempre es inevitable. Evitar estos errores puede marcar la diferencia entre una vida activa y segura, o el riesgo de sufrir caídas frecuentes.
Cuidar la alimentación, mantenerse en movimiento, usar calzado adecuado y revisar la salud periódicamente son hábitos simples que mejoran la calidad de vida.
Comparte este artículo con familiares y amigos para que más adultos mayores conozcan cómo protegerse desde hoy.
