Caldo de Albóndigas

Sazona la mezcla con sal y pimienta al gusto.
Con las manos limpias, forma bolitas medianas del tamaño de una nuez. Asegúrate de que estén compactas para evitar que se deshagan durante la cocción. Reserva.
Paso 2: Preparar la base del caldo
En una licuadora, coloca:
Los jitomates.
El ajo.
La cebolla.
Un poco de agua para facilitar la mezcla. Licúa hasta obtener una salsa homogénea.
En una olla grande, calienta un poco de aceite y sofríe la mezcla de jitomate durante 5 minutos, moviendo ocasionalmente para evitar que se pegue.
Paso 3: Cocinar las albóndigas y el caldo
Agrega a la olla los 2 litros de agua o caldo de pollo/res y lleva a ebullición.
Una vez que el caldo esté hirviendo, incorpora cuidadosamente las albóndigas una por una. Cocina a fuego medio-alto durante 10-15 minutos.
Paso 4: Agregar las verduras
Añade las zanahorias y las papas al caldo. Cocina por 10 minutos, verificando que las albóndigas no se deshagan.
Incorpora las calabacitas y la ramita de epazote (si decides usarla). Cocina por 5-10 minutos más, o hasta que las papas estén tiernas.
Paso 5: Ajustar el sazón y servir
Prueba el caldo y ajusta la sal y pimienta según sea necesario.
Sirve caliente en platos hondos y acompaña con tortillas calientes y unas gotas de limón al gusto.
Sugerencias de Presentación y Acompañamiento
El caldo de albóndigas es perfecto para servir con:

Tortillas recién hechas.
Rodajas de aguacate fresco.
Limón y salsa picante para dar un toque extra de sabor.
Arroz blanco como guarnición.
Variaciones de la Receta
Con proteínas alternativas: Puedes usar pollo molido o una mezcla de res y pavo para una versión más ligera.
Vegetariano: Sustituye la carne con una mezcla de lentejas cocidas y pan molido para hacer albóndigas sin carne.
Con más especias: Agrega una pizca de chile en polvo o paprika a las albóndigas para un sabor más intenso.
Beneficios para la Salud
El caldo de albóndigas es un platillo equilibrado y nutritivo: