Por otro lado, incluso un paseo de cinco minutos al aire libre puede bastar para experimentar una mejora inmediata en el estado de ánimo. La luz natural y la actividad física aumentan la producción de serotonina, la hormona del bienestar.
Se ha demostrado que caminar 40 minutos al día puede reducir eficazmente el riesgo de enfermedades cardiovasculares y del tracto urinario, ya que favorece la salud del corazón, los riñones y el sistema linfático.
Los estudios sugieren que una caminata de 90 minutos a ritmo moderado puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión y los pensamientos negativos. Caminar libera endorfinas y activa el sistema nervioso parasimpático, lo que promueve una sensación de calma y claridad mental.
Los paseos diarios, incluso los cortos, son una inversión directa en tu salud. No se trata solo de ejercicio: se trata de reconstruir gradualmente la conexión con tu cuerpo, tu entorno y contigo mismo.
