El cáncer de páncreas sigue siendo uno de los cánceres más temibles. Progresa rápidamente y a menudo se detecta demasiado tarde. Mi madre lo experimentó en primera persona. En tan solo 12 semanas, perdió la batalla. Su historia destaca dos síntomas cruciales que podrían haber alertado a su familia y médicos antes.
El principal problema radica en la sutileza de los síntomas. El páncreas es un órgano profundo, oculto tras el estómago y los intestinos. El dolor suele aparecer tardíamente. Por lo tanto, la detección temprana sigue siendo un verdadero reto. Sin embargo, ciertos síntomas requieren atención inmediata. Deben motivar una consulta sin demora.
En el caso de mi madre, los primeros síntomas fueron fatiga intensa y pérdida de peso inexplicable. Al principio, los atribuimos al estrés y a la edad. Pensamos que simplemente estaba agotada por el trabajo y sus actividades diarias. Estos son errores comunes. Los médicos los ven con frecuencia: los pacientes y sus seres queridos suelen ignorar estos síntomas.
