Estudios han demostrado que las personas que sufren de osteoporosis —es decir, de un desequilibrio del calcio— son más propensas a padecer mareos.
La solución: garantizar un buen aporte de vitamina D, que ayuda al cuerpo a absorber y utilizar correctamente el calcio. En caso de deficiencia, los síntomas pueden empeorar. Algunos profesionales de la salud recomiendan un aporte de 10.000 a 20.000 UI de vitamina D en casos crónicos —siempre bajo control médico, por supuesto.
Los mejores aliados para combinar con la vitamina D
Para mayor eficacia, la vitamina D debe combinarse con:
Vitamina K2: dirige el calcio hacia los huesos y evita que se acumule en los tejidos blandos.
Magnesio: apoya la acción de la vitamina D y limita los excesos de calcio.
Estos tres elementos forman un trío esencial para preservar el equilibrio del cuerpo.
Ejercicios simples para recolocar los cristales
Como complemento, puedes practicar ciertos ejercicios que ayudan a reposicionar los cristales. Frecuentemente recomendados por fisioterapeutas, estos movimientos suaves guían a los otolitos hacia su lugar de origen.
