Cuando fallezca un miembro de la familia, NO CONSERVE estos 4 artículos

Perder a un ser querido es devastador. Buscamos objetos familiares, aferrándonos a lo que queda: un reloj, una almohada, un frasco de perfume. Pero algunos objetos, lejos de consolarnos, pueden perpetuar el dolor, bloquear nuestra energía y convertir nuestro hogar en un lugar congelado en el pasado. ¿Te cuesta seguir adelante? Uno de estos recuerdos podría ser el culpable…

Relojes parados: ¿símbolo congelado o emoción bloqueada?

¿Alguna vez has tenido un reloj que se detuvo justo en el momento de tu muerte? Es un gesto significativo… pero a veces con graves consecuencias. Tras este objeto congelado en el tiempo yace un ancla invisible. Nos retiene, como si nuestras vidas se hubieran puesto en pausa.

Psicológicamente, estos objetos pueden reforzar una sensación de estancamiento. Resulta entonces difícil retomar un ritmo de vida normal, recuperar la confianza o incluso dormir bien. Por no hablar del ambiente que crean en el hogar: pesado, rígido, a veces opresivo.

Nuestro consejo  : si este reloj aún funciona y te alegra el día, consérvalo. Si no, agradécele en silencio… y déjalo ir. Es un pequeño paso hacia un nuevo comienzo.