Lo que debía ser una conexión a veces se convierte en una carga: insomnio, ataques repentinos de llanto, la sensación de estar atrapado en un bucle de recuerdos. Y en algunas tradiciones, incluso se cree que la ropa absorbe parte del alma o la energía de quien la posee…
Nuestro consejo : deshazte de lo que no necesitas con el corazón. Si quieres, conserva algún objeto simbólico, pero no te sientas obligado a guardarlo todo. Si una prenda te entristece, es señal de que ha llegado el momento de dejarla ir.
Reliquias biológicas: ¿un vínculo demasiado fuerte?

Un mechón de pelo, un diente de leche conservado, objetos impregnados de olor corporal… A veces guardamos estos fragmentos físicos por un profundo apego. Pero estas reliquias nos conectan con el cuerpo, no con el alma. Sin embargo, a menudo es justo lo contrario lo que necesitamos sanar.
Estos objetos pueden crear un vínculo energético poderoso, a veces asfixiante. Fomentan un apego que impide el distanciamiento emocional, que, sin embargo, es esencial para la sanación.
Lo correcto : si no puedes desprenderte de ello de repente, realiza un pequeño ritual de despedida. Un momento simbólico, delicado y respetuoso para pasar página, sin culpa.
Lo que puedes conservar, sin dudarlo
Afortunadamente, no todos los recuerdos son dolorosos. Algunos son destellos de luz .
- Una foto donde él/ella sonríe ampliamente.
- Una carta conmovedora
- Una joya, un objeto de colección, un libro que le encantaba.
Estos objetos narran historias de amor, vida y alegría . Nos recuerdan lo mejor, no el final. Nos inspiran en lugar de frenarnos.
