Cuando tus hijos te falten el respeto y te ignoren… ¡No te enojes! Haz ESTO (funciona de maravilla).

Formular las reglas con calma.

Sea consistente y firme.

Hablemos de consecuencias , no de castigos.

Los límites bien explicados generan respeto, no miedo .

4. Sé un modelo a seguir
Los niños aprenden no de nuestras palabras sino de nuestras acciones.

¿Quieres respeto? Demuéstralo.

¿Quieres que te escuchen? Escúchalos tú también.

¿Quieres paz? No levantes la voz ni recurras a la agresión.

Tu conducta enseña más poderosamente que cualquier discurso edificante.