Claro que no puedes conservarlo todo. Pero elegir algunas piezas que realmente significaron para ellos —y para ti— mantiene un vínculo tangible. Y más adelante, estos objetos pueden convertirse en reliquias familiares llenas de historias que se transmitirán de generación en generación.
Fotos, incluso aquellas con caras desconocidas
En el calor del momento, quizá queramos tirar cajas de fotos antiguas, sobre todo si no reconocemos a ninguno de los retratados. Sin embargo, estas fotos suelen ser ventanas a diferentes generaciones.
En lugar de tirarlos, déjalos a un lado y, quizás, organiza una tarde de rememoración con familiares mayores. Podrán reconocer rostros, contar anécdotas y compartir una parte de la historia familiar que quizá desconocías.
