- Realiza el ritual en todas las estancias, especialmente en los espacios donde pasas la mayor parte del tiempo.
- Repetir la operación al menos una vez al mes, o después de acontecimientos importantes (discusiones, enfermedades, malas noticias).
- Complementar con acciones sencillas: ventilar diariamente, quemar incienso suave o difundir aceites esenciales relajantes.
Conclusión: cuando la sencillez rima con el bienestar cotidiano
A veces, pequeños gestos son suficientes para recuperar la sensación de serenidad en casa.
Un vaso de agua, sal y vinagre puede ayudar a aligerar el ambiente de tu hogar y crear un entorno de vida más relajante.
¿Por qué no intentarlo? Como a muchos, te sorprenderá gratamente la sensación de calma y ligereza que se instalará en tu hogar.
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