El perfume que tiré contenía un secreto que descubrí demasiado tarde

El perfume no era barato: simplemente había envuelto su amor en un humilde recipiente mientras ahorraba para algo más grande.

Pero el verdadero regalo no fue el collar.

Fue su consideración, su esfuerzo, su amor silencioso lo que no logré ver.

Ahora, mantengo la botella en mi mesa de noche, no como un recordatorio de lo que perdí, sino del amor que siempre estuvo ahí.

A veces, el valor de un regalo no está en el precio, sino en el corazón que hay detrás de él.

Y a veces sólo entendemos su valor cuando es demasiado tarde.