Engañé a mi esposa durante 15 años y lo admití. 👇

¿Por qué iba tan a menudo? Me dije a mí mismo que no me correspondía hacer preguntas, especialmente después de lo que había hecho. Aun así, mi ansiedad crecía.

Finalmente, una noche, le pregunté directamente. Me miró largo rato y luego sonrió, no con ira, sino con paz.

“Estoy embarazada”, dijo en voz baja. Se me paró el corazón. Después de todo lo que había hecho, ella se estaba protegiendo a sí misma y a la nueva vida que crecía en su interior. Me sentí humilde y avergonzada.

Esa noche, mientras yacía a su lado, comprendí que el amor no se mide por la inocencia, sino por la compasión.

Tenía todo el derecho a irse, pero en cambio eligió perdonar.

En ese momento, me prometí que me convertiría en el hombre que realmente merecía su fuerza. La vida a veces nos da segundas oportunidades, pero solo cuando tenemos la edad suficiente para merecerlas.