Estas galletas son la prueba de que la magia surge con solo tres ingredientes. Mantecosas, ligeramente crujientes por los bordes y suaves por dentro, se deshacen en la boca y se preparan en minutos. Sin huevos, sin remover, sin enfriar: solo revuelve, dale forma, hornea y disfruta.

1. Precalienta el horno a 170 °C (340 °F). Cubre una bandeja para hornear con papel vegetal. 2. En un tazón, bata la mantequilla ablandada y el azúcar extrafino hasta obtener una masa suave y cremosa.
3. Agregue gradualmente la harina y mezcle hasta formar una masa suave.
4. Forme un cilindro con la masa, aplánela suavemente hasta formar un rectángulo y luego córtela en cuadrados o círculos. O bien, estírela y córtela con un cortador de galletas.
5. Coloque las galletas en la bandeja para hornear y espolvoree con azúcar glas si lo desea.
6. Hornee de 12 a 15 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. No las hornee demasiado; aún deben estar pálidas en el centro.
7. Deje enfriar en la bandeja para hornear durante 5 minutos antes de transferirlas a una rejilla. Consejos:
– Usa masa fría si las vas a cortar en rebanadas para que queden más definidas.
– Combinan a la perfección con café, té o un poco de mermelada de frutas.
– Conservar en un recipiente hermético hasta por 1 semana.
Rinde: Unas 24 galletas.
Tiempo de preparación: 10 min.
Tiempo de horneado: 13 min.
Energía: Aproximadamente 100 kJ por galleta.
Crujientes, mantecosas y hechas con mucho cariño, estas galletas son increíblemente fáciles de picar y casi demasiado fáciles de hacer. Hornéalas una vez y siempre tendrás mantequilla en la encimera por si acaso. 💛🍪
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