Compresión nerviosa: Mantener una postura incorrecta al dormir, trabajar o usar dispositivos electrónicos puede presionar los nervios periféricos. Por ejemplo, apoyar los codos en una superficie dura o cruzar las piernas durante mucho tiempo puede generar esa sensación de “adormecimiento”.
Mala circulación sanguínea: Un flujo sanguíneo insuficiente hacia las extremidades puede provocar entumecimiento. Esto suele ocurrir al permanecer en la misma posición por periodos prolongados, pero también puede estar relacionado con condiciones como la arterioesclerosis.
Deficiencia de vitaminas y minerales: La falta de nutrientes esenciales, especialmente vitamina B12, magnesio y potasio, afecta directamente la salud de los nervios. Una dieta desequilibrada o problemas de absorción pueden ser los responsables.
Condiciones médicas subyacentes: Enfermedades como la diabetes, la artritis reumatoide, el hipotiroidismo o la neuropatía periférica pueden dañar los nervios y causar hormigueo persistente. Es crucial realizar un diagnóstico temprano para evitar complicaciones.
