Jabón casero de aloe vera: hidratante y calmante

Extraer el gel de aloe vera
Corta con cuidado la hoja de aloe a lo largo y extrae el gel del interior, teniendo cuidado de eliminar cualquier resto de la pulpa amarilla (que puede ser irritante).
Preparar la infusión aromática
Vierte el gel de aloe vera, las hojas de romero y el agua en una licuadora. Licúa hasta obtener una mezcla suave y uniforme. Reserva. Derrite la base de jabón
Corta la base de glicerina en cubos y derrítela suavemente al baño maría, removiendo ocasionalmente para evitar grumos.
Combina los ingredientes naturales
Una vez que la base esté completamente líquida, retira del fuego e incorpora la emulsión de aloe y romero. Remueve suavemente.
Enriquece con aceites nutritivos
Añade el aceite de almendras dulces y el zumo de limón, removiendo constantemente para distribuir los ingredientes uniformemente.
Vierte en moldes y deja enfriar
Transfiere la mezcla, aún caliente, a los moldes de silicona. Deja enfriar completamente a temperatura ambiente (o en el refrigerador para acelerar el proceso) hasta que los jabones estén sólidos.
Desmolda y guarda
Retira los jabones de los moldes con cuidado. ¿El resultado? Jabones naturales con un efecto súper hidratante y calmante, perfectos para limpiar la piel sin resecarla.
Este jabón casero es un verdadero aliado de belleza: el aloe vera calma e hidrata, el romero aporta un ligero aroma herbáceo y el aceite de almendras ayuda a nutrir en profundidad. Es ideal para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles.