El dolor es el síntoma principal. Afecta a músculos, tendones y articulaciones, a menudo con una sensación de ardor, rigidez o punzadas. A diferencia del dolor tradicional, no desaparece y puede extenderse a diferentes partes del cuerpo.
Impacto: Malestar constante, dificultad para moverse, hipersensibilidad al tacto.
Fatiga crónica
Incluso después de una buena noche de sueño, las personas con fibromialgia se sienten constantemente agotadas. Esta fatiga puede ser tan intensa que dificulta tareas sencillas como subir escaleras, cocinar o incluso concentrarse en una conversación.
¿Por qué? La enfermedad afecta la calidad del sueño profundo, esencial para una recuperación adecuada.
Trastornos del sueño
Dificultad para conciliar el sueño, despertares nocturnos frecuentes, sensación de sueño no reparador… Las personas con fibromialgia no descansan lo suficiente, lo que agrava la fatiga y el dolor.
Posibles soluciones: relajación antes de acostarse, higiene del sueño estricta y, en ocasiones, asistencia médica.
Hipersensibilidad al tacto y a los estímulos
Un simple toque, una ligera presión o la ropa ajustada pueden causar un dolor desproporcionado. Esta hipersensibilidad también puede afectar a ruidos fuertes, luces brillantes u olores intensos.
