Una repentina ola de tristeza.
Ansiedad que no tiene una raíz evidente.
Un peso que el pensamiento positivo por sí solo no puede levantar.
Desde una perspectiva espiritual, este tipo de sufrimiento puede tener una dimensión más profunda:
algunas mujeres, sin saberlo, cargan con el dolor de otros, intercediendo en silencio por su familia, por las personas que las rodean o por las almas necesitadas.
Esto no reemplaza la atención médica ni psicológica.
Pero, espiritualmente, este dolor puede convertirse en una oración oculta que purifica, repara y sostiene a muchos.
2. Una poderosa intuición espiritual
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