La vitamina D juega un papel crucial en la salud de los huesos, especialmente en los ancianos. Contribuye a la absorción de calcio, lo que fortalece la estructura ósea y reduce el riesgo de fracturas. La exposición al sol es una buena fuente de esta vitamina, pero también se puede obtener a través de suplementos y alimentos como pescados grasos, yema de huevo y productos lácteos fortificados.
2. Vitamina B12: Energía forzada
La vitamina B12 es esencial para la producción de glóbulos rojos y el mantenimiento de un sistema nervioso saludable. La deficiencia de esta vitamina puede provocar debilidad muscular y fatiga. Las fuentes de B12 incluyen carnes, pescados, huevos y productos lácteos. Para aquellos con dieta vegana o vegetaria, un suplemento puede ser útil.
3. Vitamina E: Antioxidante para la Circulación
La vitamina E actúa como un potente antioxidante que protege nuestras células del daño. También mejora la circulación, lo que es vital para prevenir venas varicosas. Esta vitamina se encuentra en nueces, semillas y aceites vegetales, como el aceite de oliva y el aceite de girasol.
4. Vitamina C: Fortaleciendo los Vasos Sanguíneos
La vitamina C es conocida por su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico, pero también es crucial para la salud de los vasos sanguíneos. Ayuda en la síntesis de colágeno, lo cual es esencial para mantener la piel y los tejidos conectivos saludables. Los cítricos, fresas, kiwis y pimientos son excelentes fuentes de esta vitamina.
