Las futuras mamás probablemente ya han escuchado este consejo: dormir sobre el lado izquierdo es beneficioso tanto para el bebé como para el flujo sanguíneo a la placenta. De nuevo, la razón es mecánica: esta posición evita comprimir la vena principal que lleva la sangre de vuelta al corazón. ¿El resultado? Menos sensación de piernas pesadas y mejor oxigenación, tanto para la madre como para el bebé.
El único pequeño inconveniente: todo es cuestión de equilibrio.

No se trata de pasar todas las noches inmóvil sobre el lado izquierdo. La clave está en escuchar a tu cuerpo y priorizar la comodidad. Si sientes dolor de hombro o cadera, alterna posiciones. También puedes invertir en una almohada ergonómica o colocar un cojín entre las rodillas para reducir la presión.
Cómo adoptar este hábito sin problemas
Cambiar de postura al dormir no se logra de la noche a la mañana. La manera más fácil es dormirse sobre el lado izquierdo, incluso si te mueves durante la noche. Puedes colocar una almohada detrás de la espalda para limitar las vueltas en la cama. Y si te cuesta encontrar la posición ideal, un colchón adaptado a tu forma corporal también puede marcar la diferencia.
