Una vez mezclados los ingredientes en la maceta, colócala junto a las orquídeas. El vinagre repele moscas y mosquitos, mientras que el aceite evita que los insectos que caigan se queden atrapados, permitiéndoles escapar. Con este truco, podrás ver los primeros resultados tras solo una noche. Además, no causa ningún problema a la planta, salvo el olor, que a algunos les puede resultar desagradable.
Vinagre y cáscaras de huevo como fertilizante
El vinagre como fertilizante para orquídeas debe usarse combinado con cáscaras de huevo. Después de lavar y secar las cáscaras, hay que molerlas finamente (esto se puede hacer con una batidora). Cuanto más fino sea el polvo, mejor.
Una vez molidas las cáscaras hasta convertirlas en polvo, deben colocarse en un recipiente con tapa, al cual se le añaden 100 ml de vinagre blanco. Ambos componentes reaccionarán químicamente de inmediato. La cantidad de vinagre debe ser suficiente para cubrir las cáscaras con un dedo. Si bien las cáscaras contienen mucho calcio, solo podemos absorberlo en su totalidad al mezclarlo con vinagre. El calcio de la cáscara es insoluble en agua en forma de carbonato, pero soluble en ácido acético. El vinagre tiene propiedades antimicrobianas y antioxidantes, pero es altamente ácido. Por lo tanto, verterlo directamente sobre las cáscaras tendría consecuencias muy perjudiciales. Remoje las cáscaras con la tapa cerrada durante una hora y luego déjelas destapadas durante dos días.
Tratamiento de orquídeas mediante pulverización
Tras dos días de reposo, se filtra la mezcla y se añade una cucharada a una jarra con un litro de agua. El agua tratada se vierte en un pulverizador; la mezcla ya está lista. Se puede usar para orquídeas, tanto en las hojas como en la tierra. En este caso, el riego no debe superar las 5 cucharadas y debe realizarse solo una vez al mes.
