El consentimiento está en el centro de toda experiencia sexual saludable. No es un “sí” único que dure para siempre, sino algo continuo, flexible y basado en la comunicación. Una persona puede cambiar de opinión en cualquier momento y por cualquier motivo, y esa decisión debe ser respetada siempre. Consultar con la pareja, escuchar su nivel de comodidad y responder con cuidado crea la base para una intimidad duradera. Cuando el consentimiento se trata como algo continuo y no como una transacción, ambas personas se sienten más relajadas, abiertas y conectadas.
Comprender la anatomía femenina también es esencial para una conexión sexual significativa. Aún existen muchos conceptos erróneos sobre cómo funciona el placer femenino, a menudo influenciados por representaciones poco realistas en los medios más que por una educación real. El clítoris, con más de 8.000 terminaciones nerviosas, es la principal fuente de placer para la mayoría de las mujeres. No es una estructura pequeña y simple, sino un órgano complejo con partes visibles e internas. Lo que muchas personas ven es solo la punta externa. Internamente, el clítoris se extiende más profundamente en el cuerpo, formando una red de tejido sensible que rodea el canal vaginal. Esta anatomía explica por qué distintos tipos de estimulación generan sensaciones diferentes y por qué el placer no es igual para todas.
