¡Los 2 clavitos de olor al día que están revolucionando la salud en México!

El clavo de olor no es solo para el pozole o el café de olla
Es una de las especias más estudiadas del mundo. Contiene eugenol , un compuesto con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y analgésicas tan potentes que la Asociación Americana del Corazón y revistas como Phytotherapy Research y Journal of Dentistry lo siguen investigando.

En México lo conocemos desde la época de la Colonia y nuestras abuelas lo usaban para “bajar la azúcar”, calmar el dolor de muelas y quitar la inflamación de rodillas.

Los 9 beneficios que más reportan quienes lo toman diario (del 9 al 1 porque el último es el que todos comparten en los grupos de Whats)
9. Aliento fresco todo el día
El eugenol es antibacteriano natural. Se acabaron los enjuagues caros.

8. Menos dolor de articulaciones y rodillas
Estudios en personas con artritis muestran reducción del dolor similar al ibuprofeno, pero sin dañar el estómago.

7. Digestión más ligera
Ayuda a reducir gases, acidez y esa pesadez después de los frijoles o el mole.

6. Defensas más fuertes en temporada de frío
Sus aceites esenciales tienen efecto antiviral y antibacteriano comprobado en laboratorio.

5. Menos inflamación general
El eugenol bloquea la misma vía que muchos antiinflamatorios de farmacia.

4. Presión arterial más tranquila
Investigaciones pequeñas reportan bajas de 6-8 mmHg en hipertensos leves.

3. Azúcar en sangre más estable
Estudios en personas con diabetes tipo 2 muestran que el clavo mejora la sensibilidad a la insulina cuando se consume regularmente.

2. Dolor de muelas o encías que desaparece en minutos
Por eso los dentistas de antes lo ponían directo en la muela picada.

1. El beneficio que más agradecen los mayores de 50: sensación de “juventud” en las articulaciones y energía renovada
Después de 2-3 semanas muchos dicen: “Ya no me levanto tieso, camino más rápido y hasta me olvidé del bastón un día”.

La historia de don José que corrió por todo Guadalajara.
José, 67 años, jubilado de Zapopan.
Llevaba 12 años con diabetes tipo 2, 3 pastillas al día y la glucosa nunca bajaba de 180.
Su comadre le dijo: “Prueba masticar 2 clavitos en ayunas y 2 antes de dormir”.
A los 21 días:

Glucosa en ayunas 118-130 (¡sin cambiar medicamento!)
Dejó de tomar tramadol para las rodillas
Su doctora le bajó una pastilla y le dijo: “Sea lo que sea que está haciendo, ¡siga!”
Hoy don José lleva su bolsita de clavo en la camisa como si fueran sus “pastillitas naturales”.