El impacto de las pantallas y la luz azul
Con la omnipresencia de las pantallas en nuestra vida diaria, la exposición prolongada a la luz azul se ha convertido en una grave amenaza para la salud ocular. Pasamos un promedio de más de ocho horas al día frente a pantallas, ya sean teléfonos inteligentes, ordenadores o televisores. La luz azul que emiten estos dispositivos es especialmente dañina para los ojos.
Un estudio realizado por la Universidad de Toledo reveló que la luz azul penetra profundamente en la retina, donde puede dañar las células fotosensibles, aumentando así el riesgo de desarrollar enfermedades como la degeneración macular. Esta afección es una de las principales causas de pérdida de visión, especialmente entre los adultos mayores. Por lo tanto, la sobreexposición a las pantallas afecta nuestra visión de forma lenta pero segura, sobre todo cuando se combina con el uso de gafas que solo enmascaran los síntomas.
Hábitos diarios: una clave subestimada
Además de los factores genéticos o relacionados con la edad, nuestros hábitos diarios desempeñan un papel crucial en el deterioro de la visión. Por ejemplo, pasar demasiado tiempo en interiores bajo luz artificial puede afectar la salud ocular. Un estudio publicado en la revista Journal of Investigation Ophthalmology and Visual Science muestra que los niños que pasan más tiempo al aire libre, expuestos a la luz natural y a variaciones en la distancia de visión, tienen una menor incidencia de miopía. La luz natural estimula los músculos oculares y ayuda a mantener una visión saludable.Comprar vitaminas y suplementos
