Repensar el propio espacio para reconstruirse a uno mismo
Cambiar la distribución de tu casa, redecorar una habitación, pintar una pared… Estas acciones, aparentemente insignificantes, pueden tener un impacto real en nuestro bienestar. Nos ayudan a pasar página con facilidad y a recuperar nuestro espacio vital.
Cambiar el entorno de alguien no significa « borrarlo »; se trata de aceptar que la vida continúa y que merecemos un entorno que favorezca nuestro bienestar. Reconstruirse a uno mismo también implica recrear un refugio donde uno se sienta cómodo, en armonía con su nueva realidad.
¿Y si hiciéramos espacio para la luz?

