Otras causas de hematomas
Suplementos dietéticos: El ginkgo, el ginseng, el ajo, el jengibre, los omega-3, la palma enana americana y la vitamina E pueden diluir la sangre y aumentar la probabilidad de hematomas.
Medicamentos: Los anticoagulantes, la aspirina, el ibuprofeno, los esteroides, ciertos antibióticos y los antidepresivos pueden aumentar el riesgo de hematomas.
Envejecimiento: La piel más fina y los vasos sanguíneos más débiles hacen que las personas mayores sean más propensas a sufrir hematomas.
Daños solares: Años de exposición al sol pueden debilitar los vasos sanguíneos.
Afecciones médicas: La diabetes, la anemia, la hemofilia, la leucemia y el linfoma pueden afectar la coagulación o la resistencia vascular.
Lesiones deportivas: Los deportes de contacto suelen causar contusiones (otro nombre para hematomas) por impactos directos.
Tratamiento y prevención
La mayoría de los hematomas se curan solos, pero puede acelerar la recuperación y reducir las molestias con:
Método RICE: Reposo, hielo, compresión y elevación.
Calor: Después de unos días, aplique una compresa tibia para favorecer la cicatrización.
Alivio del dolor: Use acetaminofén, pero evite la aspirina o el ibuprofeno si le preocupan los hematomas.
Prevención de caídas: Mejore la iluminación del hogar, despeje el suelo y asegure los cables o alfombras para reducir el riesgo.
Cuidado de la piel: Proteja la piel frágil con ungüentos o vendajes para prevenir infecciones si la piel se rompe.
Si sospecha que sus hematomas están relacionados con suplementos o medicamentos, hágase una prueba de vitaminas y consulte a su médico.
Consideraciones finales
La mayoría de los hematomas son inofensivos.
