El ser humano desde sus inicios se encuentra en constante autodescubrimiento y desarrollo personal buscando aquello que le identifica, representa o define.
Esta búsqueda obliga a las personas a desarrollar y organizar su lista de prioridades en base a lo que le identifica, sus cualidades, virtudes, debilidades y atributos.
Muchas veces las experiencias personales son la mayor fuente de conocimiento y aprendizaje que ayudan al individuo a descubrirse y a encontrar aquellos elementos y aspectos con los que se siente a gusto.
Este proceso de autodescubrimiento facilita que la persona mejore aquellos aspectos de su personalidad que le brindan resultados negativos. Al tiempo que potencia y mejora sus atributos, cualidades y habilidades con el objetivo de fabricar una imagen que le representa e identifica frente a otros individuos.
