Las mujeres son más vulnerables desde el punto de vista anatómico: su uretra es significativamente más severa que la de los hombres. Esto permite que las bacterias se propaguen con mayor rapidez y entren en la zona genital.
¿Qué pasa con la ducha con todo esto?
Mucho más de lo que crees.
El dispositivo contiene bacterias que pueden permanecer en la ducha y en las paredes, incluso en el pasillo de agua. Por lo tanto, si varias personas usan la bañera, se crea un ambiente propicio para la propagación de gérmenes.
