6. Cambios hormonales.
Las hormonas afectan la circulación sanguínea y los tejidos. Durante la pubertad o las fluctuaciones hormonales, las venas pueden ser más visibles. Esto suele ser temporal e inofensivo.
¿Cuándo es un buen momento para consultar a un médico?
Las venas visibles en los brazos suelen ser inofensivas, pero debes consultar con un especialista si notas:
Hinchazón, dolor o enrojecimiento en un brazo o muñeca: un posible signo de trombosis venosa profunda (TVP), que requiere intervención de emergencia.
Venas sensibles, duras o inflamadas cerca de la superficie: pueden ser tromboflebitis relacionadas con un coágulo de sangre, un traumatismo o una infección.
Venas retorcidas y abultadas que causan molestias : aunque las venas varicosas son más comunes en las piernas, a veces aparecen en los brazos.
Piel muy frágil o transparente : poco común, pero puede estar asociada con trastornos del tejido conectivo (p. ej., síndrome de Ehlers-Danlos vascular).
Un cambio repentino en la apariencia de las venas o molestias asociadas siempre deben ser revisadas por un médico.
Consejos para reducir la visibilidad de las venas
Si las venas abultadas le causan incomodidad, existen formas seguras de mejorarlas:
1. Mantente bien hidratado.
La deshidratación afina y reseca la piel, lo que acentúa las venas. Beber suficiente agua mantiene la elasticidad y el volumen de la piel.
2. Cuida tu piel.
La piel fina, seca o dañada por el sol hace que las venas sean más visibles. Usa cremas nutritivas con ácido hialurónico o karité, además de protector solar para protegerte de los rayos UV.
3. Desarrolla masa muscular
El entrenamiento de fuerza no sólo mejora la circulación, sino que también añade una “almohadilla” muscular debajo de la piel, lo que reduce el abultamiento de las venas en reposo.
