Fumar o el consumo de tabaco: Estos hábitos no solo dañan la salud bucal, sino que también pueden contribuir a la formación de cáseos y a un mal aliento persistente.
Deshidratación: La falta de saliva, que ayuda a limpiar naturalmente la boca, puede incrementar la posibilidad de que los residuos se acumulen en las amígdalas.
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¿Cómo Saber si Tienes Cáseos Amigdalinos?
Los síntomas de los cáseos amigdalinos pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más comunes son:
Pequeñas bolitas blancas en las amígdalas.
Mal aliento persistente.
Dificultad para tragar.
Dolor o malestar en la garganta.
Gusto a metal en la boca.
Si experimentas algunos de estos síntomas, lo mejor es consultar a un médico o a un dentista para un diagnóstico adecuado. Ellos pueden guiarte sobre las mejores opciones de tratamiento o cuidado personal.
