Un empleado del crematorio revela lo que realmente sufre el cuerpo durante la cremación.

“Mi función es garantizar un homenaje final digno”, explica un empleado del crematorio. “Nunca te acostumbras. Cada persona tiene su propia historia, y la respetamos hasta el final”.

Estos técnicos de la memoria, que a menudo trabajan entre bastidores, desempeñan un trabajo exigente, en la encrucijada del rigor y la empatía.

Un marco estricto y valores fuertes

La cremación se rige por normas precisas, tanto para el respeto al difunto como para la protección del medio ambiente. Las emisiones se controlan estrictamente, se verifican las identificaciones y se rastrean las cenizas.

Más allá de los aspectos técnicos, es también un mundo lleno de emociones: acompañar, aunque sea discretamente, un paso final nunca es insignificante.