Una reunión que lo cambia todo
Perder a un hijo es un dolor indescriptible, una angustia que nadie debería sufrir. Sin embargo, esto fue lo que Raymond y Rachel Villasenor experimentaron tras la muerte de su hijo Joseph, sargento de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Con tan solo 36 años, este joven prometedor perdió la vida después de 16 años de servicio. Una pérdida inmensa, un vacío profundo que nada parecía capaz de llenar. Pero un día, durante una visita rutinaria al cementerio Garden Park en Arlington, Texas, un detalle cambiaría sus vidas para siempre. Un sendero de césped verde, mucho más vibrante que el resto del seco prado, les llamó la atención. Este sendero, extrañamente perfecto, parecía casi un milagro en aquel lugar sumido en el dolor.
Pero lo que ignoraban era que tras ese pequeño milagro se escondía una historia de compasión y generosidad. Fue gracias a un encuentro fortuito con Jake Reissig, un cliente habitual del lugar, que la hermana de Joseph propició un acto de bondad que transformaría su sufrimiento en esperanza.
