Vivió un siglo y sabe de lo que habla: una oncóloga nombró 2 productos que ella ha evitado toda su vida

Por decisión personal, eliminó completamente el azúcar refinado de su dieta. Con el tiempo, redescribió su percepción del sabor: la dulzura natural de las frutas como bayas, manzanas o zanahorias le resultaba más que suficiente.

Embutidos: apariencia atractiva con contenido cuestionable
Los embutidos, como salchichas, fiambres y conservas, se convirtieron en un símbolo de progreso. Sin embargo, la oncóloga observó que quienes los consumían con frecuencia presentaban mayores riesgos de cáncer digestivo, como cáncer de estómago o colon. Sostiene que estos productos contienen nitritos, fosfatos, colorantes y otros aditivos, que durante la digestión pueden generar sustancias cancerígenas.

Ella calificó esos productos como “veneno conveniente”: fáciles de consumir, pero con potencial dañino. Por eso optaba por alimentos simples: carne hervida, pescado, verduras frescas.

Su estilo de vida como fórmula de longevidad
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Régimen diario equilibrado
Su día comenzaba con agua tibia con limón y una cucharadita de aceite de linaza. El desayuno consistía en avena con bayas o requesón, el almuerzo en sopa y carne sencilla con vegetales, y la cena era ligera: ensalada o pescado. Nunca comía después de las seis de la tarde. Según ella, “el estómago necesita descanso”