Ya ni se me ocurre fregar un horno sucio…

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Paso a paso (¡sin esfuerzo!):
Haz una pasta con el bicarbonato y agua (debe quedar espesa, como una crema).
Unta toda la parte interna del horno (evita las resistencias si es eléctrico). Puedes usar guantes para esparcirla mejor.
Déjalo reposar toda la noche (o al menos 8 horas).
Al día siguiente, rocía vinagre blanco sobre las zonas con bicarbonato. Se formará una espuma.
Pasa un trapo húmedo o una esponja… ¡y la suciedad se va sola!
Si quedan residuos, pasa un último paño limpio… y listo.
Resultado:
Un horno limpio, sin olores, sin químicos fuertes y sin tener que raspar como loca. ¡Y con ingredientes que ya tienes en casa!

Guárdalo para cuando lo necesites
¿Lo has probado ya? ¡Cuéntame cómo te fue!

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