Muy apreciadas por su efecto estimulante, las bebidas energéticas suelen contener una mezcla de cafeína, azúcar y aditivos químicos. Su consumo regular se ha relacionado con un aumento de las enzimas hepáticas, un signo de daño hepático. Además, pueden alterar el equilibrio general del metabolismo.
Resérvalas para situaciones excepcionales… o mejor aún, sustitúyelas por un buen café solo o un batido casero.
Bebidas deportivas: después de todo, no son tan deportivas.
