El té verde se usaba en la medicina tradicional china e india para controlar hemorragias y cicatrizar heridas, facilitar la digestión, mejorar la salud cardíaca y mental, y regular la temperatura corporal.
Los estudios sugieren que el té verde puede tener efectos positivos en la pérdida de peso, los trastornos hepáticos, la diabetes tipo 2, la enfermedad de Alzheimer y más.
En países con un alto consumo de té verde, algunas tasas de cáncer tienden a ser más bajas.
Beber otros tés, como el té negro, el rooibos o el té de jengibre, también puede ser un buen sustituto para la salud del corazón.
3. Mezcla de jugo de granada y arándano
La granada es una fruta deliciosa que contiene fitoquímicos que actúan como antioxidantes para proteger el revestimiento de las arterias. El jugo de granada estimula la producción de óxido nítrico, lo que ayuda a mantener la circulación sanguínea y las arterias abiertas.
Esto, combinado con arándanos, puede ser de gran ayuda.
