El cáncer de ovario es conocido como una “enfermedad silenciosa”, ya que sus primeros síntomas suelen ser sutiles y fáciles de pasar por alto.
La hinchazón abdominal, la micción frecuente, el malestar pélvico o los cambios en el apetito pueden parecer molestias menores, pero en algunos casos pueden ser signos de advertencia tempranos.
Aunque estos síntomas no siempre indican cáncer, prestar atención a tu cuerpo es fundamental.
Además de los chequeos médicos regulares, adoptar una dieta saludable y un estilo de vida equilibrado puede desempeñar un papel clave en la reducción del riesgo y en el fortalecimiento del bienestar general.
🥦 1. Prioriza los alimentos de origen vegetal
Una alimentación rica en frutas, verduras y cereales integrales aporta antioxidantes y fibra, los cuales ayudan al cuerpo a combatir la inflamación y a fortalecer el sistema inmunológico.
Las verduras crucíferas como el brócoli, la col rizada (kale) y la coliflor contienen compuestos que protegen las células del daño.
Las bayas, los cítricos y las verduras de hoja verde aportan vitaminas esenciales que pueden reducir el riesgo de cáncer.
👉 Consejo: intenta tener un plato colorido en cada comida, ya que la variedad garantiza una amplia gama de nutrientes.
🍗 2. Elige proteínas magras y grasas saludables
El consumo excesivo de carne roja o procesada se ha relacionado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el cáncer de ovario.
Opta por fuentes de proteína más saludables como:
