Llegas a la farmacia con la garganta en llamas, tos que no te deja dormir y mocos que parecen no tener fin. Te dan otro antibiótico “de amplio espectro”, pero a los tres días el malestar regresa peor que antes, tu estómago arde y sientes que tu cuerpo ya no responde como antes. Te da miedo seguir así porque ya van tres rondas de pastillas este año y cada vez tardas más en recuperarte.

Pero quédate conmigo, porque lo que tus abuelitas sabían por experiencia ahora lo confirman más de 3 mil estudios científicos: un simple diente de ajo crudo al día puede hacer el trabajo de muchos antibióticos… y sin destrozarte la flora intestinal.

¿Por qué el ajo es tan poderoso contra las infecciones?
El secreto está en la alicina , un compuesto azufrado que se forma solo cuando machacas o picas el ajo y lo deja reposar 10 minutos al aire.
La alicina es tan potente que: