Un índice glucémico sorprendente
El índice glucémico (IG) de la sandía oscila entre 72 y 80, según la variedad, lo que la sitúa entre las frutas con mayor IG. A modo de comparación: una manzana tiene un IG de 38, una fresa de 41 y el azúcar blanco, de alrededor de 65.
¿En concreto? Una porción de 150 g de sandía consumida en ayunas puede provocar un aumento de azúcar en sangre mayor que 50 g de azúcar puro. Y un pico rápido también implica una bajada repentina, lo que resulta en fatiga, sensación de hambre y antojos de azúcar… El famoso “efecto yo-yo” del que podríamos prescindir.
Cómo disfrutarlo sin arruinar tu nivel de azúcar en sangre
La sandía no es tu enemiga. Pero como todos los alimentos ricos en azúcares de acción rápida, requiere cierta estrategia. Aquí te explicamos cómo incorporarla a tu dieta sin alterar tus niveles de azúcar en sangre:
