2. Disminuye el apetito excesivo
Muchas veces confundimos sed con hambre. Si despiertas con mucha ansiedad por comer, tomar agua primero permite que tu cuerpo reciba hidratación y “se calme” un poco antes de ingerir alimentos.
Al llenarse parcialmente el estómago, el cerebro recibe la señal de que ya hay algo dentro y el apetito se vuelve más moderado. No es que el agua sustituya la comida, pero sí ayuda a llegar al desayuno con una sensación menos desesperada, lo que facilita hacer elecciones más saludables y evitar atracones.
3. Hidrata el organismo desde temprano
Tras pasar 6–8 horas sin beber, tu organismo necesita reponer líquidos. El agua en ayunas hidrata las células, ayuda a que la sangre circule mejor y favorece que los órganos trabajen de manera más eficiente.
Una buena hidratación desde la mañana se nota en:
Mayor energía y menos sensación de pesadez.
Mejor concentración y claridad mental.
Piel más fresca y menos tirante.
