La parte externa (epidermis) contiene células cutáneas, pigmento y proteínas.
La parte media (dermis) contiene células cutáneas, vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos y glándulas sebáceas. La dermis proporciona nutrientes a la epidermis. La capa interna bajo la dermis (la capa subcutánea) contiene glándulas sudoríparas, algunos folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa.
Cada capa también contiene tejido conectivo con fibras de colágeno que brindan soporte y fibras de elastina que proporcionan flexibilidad y resistencia.
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Componentes de la piel
Los cambios en la piel están relacionados con factores ambientales, la composición genética, la nutrición y otros factores. Sin embargo, el factor más importante es la exposición solar. Puede comprobarlo comparando las zonas del cuerpo que se exponen al sol regularmente con las zonas que están protegidas de la luz solar.
Los pigmentos naturales parecen proporcionar cierta protección contra el daño cutáneo inducido por el sol. Las personas de ojos azules y piel clara presentan más cambios en la piel por el envejecimiento que las personas con piel más oscura y pigmentada.
CAMBIOS CON EL ENVEJECIMIENTO
Con el envejecimiento, la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza, aunque el número de capas celulares permanece inalterado.
El número de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye. Los melanocitos restantes aumentan de tamaño. La piel envejecida se ve más fina, pálida y transparente (translúcida). Pueden aparecer manchas pigmentadas, como manchas de la edad o “manchas hepáticas”, en las zonas expuestas al sol. El término médico para estas zonas es lentigos.
Los cambios en el tejido conectivo reducen la resistencia y elasticidad de la piel. Esto se conoce como elastosis. Es más notorio en las zonas expuestas al sol (elastosis solar). La elastosis produce el aspecto curtido y desgastado, común en agricultores, marineros y otras personas que pasan mucho tiempo al aire libre.
Los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles. Esto provoca hematomas, sangrado subcutáneo (a menudo llamado púrpura senil) y angiomas capilares.
