Con el tiempo, la barrera cutánea se debilita, los niveles de colágeno disminuyen y la piel comienza a perder elasticidad. Es entonces cuando aparecen las arrugas, las venas se hacen más visibles y la superficie se siente áspera o tirante.
Los estudios demuestran que el lavado y la desinfección frecuentes pueden eliminar los aceites naturales, haciendo que la piel de las manos envejezca hasta un 20% más rápido que la de la cara.
Así que, si te has estado hidratando pero sigues viendo poca mejoría, el problema podría no ser la falta de hidratación, sino la acumulación de piel muerta y la pérdida de tu capa protectora natural.
Ahí es donde entran en juego el bicarbonato de sodio y la vaselina: dos ingredientes sencillos que pueden ayudar a restaurar el equilibrio, la hidratación y la suavidad cuando se usan correctamente.
Por qué funciona esta combinación
Antes de adentrarnos en el “cómo”, hablemos de por qué esta sencilla mezcla es tan eficaz.
Ingrediente Función Beneficio para la piel
Bicarbonato de sodio (bicarbonato sódico) Exfoliante suave, equilibrante del pH Elimina las células muertas de la piel, ilumina el tono
Vaselina (gelatina de petróleo) Hidratante oclusivo Retiene la humedad, protege la barrera cutánea
Ingredientes adicionales opcionales (miel, aceite de oliva, vitamina E) Potenciadores nutritivos Aportan suavidad, antioxidantes y elasticidad
Usados juntos, estos ingredientes pueden:
