250 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente: El ingrediente estrella, que aporta sabor y textura.
125 gramos de azúcar glas (azúcar impalpable): Para una textura suave y un dulzor delicado.
1 huevo grande a temperatura ambiente: Ayuda a ligar los ingredientes y aporta humedad.
1 cucharadita de esencia de vainilla pura: Un toque aromático que realza los sabores.
300 gramos de harina de trigo todo uso: La base estructural de nuestras galletas.
1 pizca generosa de sal: Para equilibrar el dulzor y realzar los sabores.
1/2 cucharadita de polvo de hornear (opcional): Para una textura ligeramente más suave.
Preparación paso a paso:
Sigue estos pasos detalladamente para obtener unas galletas de mantequilla perfectas. ¡No te preocupes, es más fácil de lo que parece!
Precalentar el horno y preparar la bandeja: Precalienta el horno a 180°C (350°F). Mientras se calienta, forra una bandeja para hornear con papel de hornear o una lámina de silicona. Esto evitará que las galletas se peguen.
Cremar la mantequilla y el azúcar: En un tazón grande, bate la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glas hasta obtener una mezcla cremosa y pálida. Este proceso, conocido como “cremado”, es fundamental para incorporar aire y lograr una textura ligera. Batir durante unos 2-3 minutos.
Añadir el huevo y la vainilla: Agrega el huevo a temperatura ambiente y la esencia de vainilla a la mezcla de mantequilla y azúcar. Bate hasta que estén bien incorporados. La mezcla puede parecer ligeramente líquida, pero es normal.
Tamizar los ingredientes secos: En un tazón aparte, tamiza la harina de trigo, la sal y el polvo de hornear (si lo usas). Tamizar ayuda a eliminar grumos y airear la harina.
Incorporar los ingredientes secos: Agrega gradualmente los ingredientes secos a la mezcla húmeda, batiendo a velocidad baja o mezclando con una espátula de silicona. Mezcla solo hasta que se combinen; no sobremezcles.
Formar la masa y enfriar: Transfiere la masa a una superficie ligeramente enharinada y forma un disco. Envuelve el disco en papel film y refrigera durante al menos 30 minutos. Este paso es crucial para que la masa sea más fácil de manejar.
Extender la masa: En una superficie ligeramente enharinada, extiende la masa con un rodillo hasta obtener un grosor de aproximadamente 5 mm.
Cortar las galletas: Utiliza cortadores de galletas de tus formas favoritas para cortar las galletas. Si no tienes cortadores, puedes usar el borde de un vaso.
Hornear: Coloca las galletas en la bandeja para hornear preparada, dejando un poco de espacio entre ellas. Hornea durante 10-12 minutos, o hasta que los bordes estén dorados.
Enfriar: Deja enfriar las galletas en la bandeja durante unos minutos antes de transferirlas a una rejilla para que se enfríen por completo.
Consejos y variaciones:
Aquí te dejo algunos trucos y sugerencias para que tus galletas de mantequilla sean aún más especiales:
