2. Tos → Piña
La piña contiene bromelina, una enzima que se asocia con la disminución de la inflamación y la irritación de la garganta. Tomar piña en trocitos o en jugo natural (sin azúcar añadida) puede ayudar a calmar la tos seca y el ardor de la garganta, a la vez que aporta vitamina C.
3. Dolor muscular → Cerezas ácidas
Las cerezas, especialmente las ácidas, son conocidas por sus compuestos antioxidantes. Estos pueden apoyar la recuperación muscular después de un esfuerzo físico o de un proceso inflamatorio. Incluir un puñado de cerezas o su jugo natural puede contribuir a disminuir la sensación de rigidez y dolor.
4. Resfriado y gripe → Caldo de huesos
El caldo de huesos caliente es reconfortante, fácil de digerir y ayuda a mantenerte hidratado. Además, al cocinar los huesos por varias horas se liberan minerales y colágeno que pueden apoyar las articulaciones y el sistema digestivo. Tomarlo caliente también ayuda a despejar un poco la congestión nasal.
5. Sistema inmunitario débil → Hongos
Los hongos comestibles (como champiñones, shiitake, etc.) aportan vitaminas del grupo B, selenio y otros compuestos que se relacionan con el buen funcionamiento del sistema inmune. Puedes agregarlos a salteados, sopas o guisos para enriquecer tus comidas cuando sientes tus defensas bajas.
6. Inflamación → Cúrcuma
La cúrcuma es una raíz muy utilizada por su contenido en curcumina, un compuesto estudiado por sus posibles efectos antiinflamatorios. Puedes usar cúrcuma en polvo en sopas, arroces, infusiones o batidos. Para aprovecharla mejor, suele combinarse con pimienta negra y alguna grasa saludable (como aceite de oliva).
